Una élite integrada por colombianos, mexicanos y exiliados venezolanos, pudiera decirse que se han adueñado del barrio de Salamanca, una de las áreas más exclusivas y costosas en el centro de Madrid. Sin embargo, desde 2019 varios venezolanos han puesto en venta sus propiedades de lujo en la capital española, como lo reseña El Confidencial.
¿Hotel o pisos de lujo? Los venezolanos siguen intentando soltar lastre inmobiliario
El capital venezolano está de retirada en España. En los últimos dos años, y ante el inminente cambio de ciclo en el mercado residencial de lujo, han puesto en venta buena parte de sus activos inmobiliarios en la capital, donde entraron con fuerza en 2013 y 2014, cuando solamente invertían en España fondos oportunistas, lo que les permitió hacerse con un número significativo de inmuebles en el centro de Madrid, en concreto, en el barrio de Salamanca, su distrito por excelencia, a precios muy atractivos.
Por E. Sanz | El Confidencial
Desde 2018, el capital venezolano está de retirada, poniendo a la venta y consiguiendo vender buena parte de los edificios adquiridos que no han podido o no han querido desarrollar. La última pieza en el mercado es San Bernardo 126, propiedad de LemonPrime, una de las primeras sociedades de capital venezolano en aterrizar en España, propiedad de los hermanos Manuel y Federico González Weil.
El edificio, que lleva en venta varios años, no consigue comprador debido a las elevadas expectativas de venta de sus propietarios, explican a El Confidencial diferentes fuentes del mercado de lujo, tal como ha sucedido con otros activos. El inmueble dispone de una superficie sobre rasante de algo más de 3.000 metros cuadrados —y casi 1.800 bajo rasante— y por él piden unos 15 o 16 millones de euros, lo que supondría un precio de repercusión de unos 4.000 euros el metro cuadrado, un precio, según los expertos consultados, muy elevado para sacar adelante un proyecto rentable que, tal y como figura en la propia página web de LemonPrime, contempla 24 viviendas de lujo, un local comercial y 32 plazas de aparcamiento. Pero no ha sido desarrollado.
El edificio fue adquirido a Altamira y, tras gestionar y tramitar la licencia de obras y después de la aprobación del proyecto, LemonPrime decidió ponerlo en venta, una estrategia —la de vender el edificio con la licencia de obra y el proyecto aprobado— muy similar a la que han seguido otros inversores, como por ejemplo Logika European Partners, un fondo detrás del que se encuentran el hijo de Ernesto de Hannover y capital de origen colombiano.
A favor del edificio juega el hecho de que cuenta con doble licencia, para uso hotelero y residencial, tal y como explican a El Confidencial diferentes fuentes. Un doble uso que abre el abanico a un mayor número de potenciales inversores. De hecho, como adelantaba El Confidencial hace unos días, el grupo inversor de Hong Kong, Platinum Real Estate, está tramitando un plan especial para poder recuperar el uso hotelero del edificio de Zorrilla 19, al observar mayores posibilidades de venta del edificio con este uso que como residencial.
Los venezolanos, en retirada
LemonPrime fue una de las primeras firmas de capital venezolano en aterrizar en Madrid. Lo hizo en el verano de 2012, cuando la prima de riesgo en España se encaminaba a máximos históricos y la salida del euro empezaba a cobrar fuerza. En aquel entonces, Renta Corporación cerraba la venta de Príncipe de Vergara 11, uno de los edificios más emblemáticos, espectaculares y exclusivos del barrio de Salamanca, a un pequeño grupo de inversores venezolanos asesorados por los hermanos González Weil. Por aquel edificio se pagaron unos 24 millones de euros, en torno a 4.000 euros el metro cuadrado.
La sociedad es propiedad de los hermanos Manuel y Federico González Weil. Es una compañía de capital venezolano —sería el equivalente a Gran Roque Capital, de Miguel Ángel y Áxel Capriles— que desde hace casi una década busca oportunidades de inversión en Madrid para las grandes fortunas de su país. Molior Arquitectura y Construcciones, cuyo director general es Carlos González Weil, se encarga de la puesta a punto y lavado de cara de los edificios. De hecho, su firma está detrás de los grandes proyectos de rehabilitación de lujo de Madrid del último lustro.
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