(Fuente: Semana. Publicado el 28 de enero de 2025) La designada canciller le pidió al expresidente “llamar a sus amigos en Washington, incluido Marco Rubio” para arreglar la embarrada del presidente colombiano, Gustavo Petro, con su homólogo norteamericano.
Un artículo del diario The New York Times narra los secretos detrás de las horas de frenesí que se vivieron en la búsqueda de arreglar la crisis desatada con Estados Unidos por los trinos del presidente Petro a las tres de la mañana. “La recientemente nombrada ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Laura Sarabia, llamó a la calma”, cuenta el diario.
Y revela un dato hasta ahora desconocido: “Al menos tres expresidentes, incluido Uribe, un líder de derecha que durante mucho tiempo ha estado en desacuerdo con Petro, se ofrecieron a ayudar a navegar la tormenta. Un funcionario con conocimiento de los hechos dijo que el señor Uribe había llamado a la señora Sarabia y le había dicho, esencialmente: ‘Tenemos diferencias con el presidente Petro. Cometió un error. Pero tenemos que resolver esto. ¿Cómo puedo ayudar?‘”.
Por cuenta de ese ofrecimiento, Laura Sarabia le pidió a Álvaro Uribe “llamar a sus amigos en Washington, incluido Marco Rubio” para arreglar la embarrada de Petro con Trump.
Colombia nunca había vivido un día de tanta tensión en la relación con Estados Unidos como el domingo pasado. El país estuvo muy cerca de recibir impactos que, como dijo la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, habrían sido inmediatos y demoledores. Por cuenta de los agresivos trinos del presidente Petro, que comenzaron a las tres de la mañana, pero no cedieron en todo el día, Trump anunció medidas muy fuertes.
Se trataba de cinco puntos que habrían revolcado la política y la economía del país: 1) Aranceles de emergencia del 25 % sobre todos los bienes que ingresan a los Estados Unidos. En una semana, los aranceles del 25 % se elevarán al 50 %; 2) Prohibición de viajar y revocación inmediata de visas para los funcionarios del gobierno colombiano y todos los aliados y partidarios; 3) Sanciones de visas para todos los miembros del partido, familiares y partidarios del Gobierno colombiano; 4) Inspecciones reforzadas de aduanas y protección fronteriza de todos los nacionales y cargamentos colombianos por motivos de seguridad nacional, y 5) Se impondrán plenamente las sanciones a la Tesorería, la Banca y las Finanzas de la IEEPA.
Todo había comenzado con un mensaje de madrugada en el que el presidente Petro, después de haber autorizado el regreso de los colombianos deportados en dos vuelos, decidió negarse a recibirlos. Como dato curioso, un tiempo antes había publicado otro trino en un sentido totalmente opuesto, en el que llamaba a los colombianos a recibir a sus connacionales con flores.
Durante todo el día, Petro parecía enardecer cada vez más su cuenta de X. Alcanzó a decirle cosas al presidente Trump que nadie imaginaría: “No me gusta su petróleo”, “Estados Unidos me aburre”, “Túmbeme, presidente, y le responderán las Américas y la humanidad”.
Nadie anticipaba que semejante crisis se podría resolver y, entonces, después de las 10 de la noche, todo parecía arreglado. El Gobierno de Estados Unidos anunció que suspendía esas sanciones, dado que la Casa de Nariño había aceptado recibir esos vuelos y todos los demás que fueran al país.
Muy poco se sabe de lo que pasó en esas horas de efervescencia. El reportaje de The New York Times cuenta detalles hasta ahora desconocidos de esas horas de infarto para Colombia.
Además de Uribe, otra persona fue protagonista en lograr llamar a la calma al presidente. “Gustavo Bolívar, quien dirige los programas de servicios sociales para la administración de Petro, dijo que el presidente se acercó a él después de las medidas de represalia de Trump. Bolívar compartió su preocupación de que las sanciones económicas dañarían a las empresas colombianas”, cuenta el diario estadounidense.
El prestigioso periódico expone que habló con varios funcionarios del primer mandatario que pidieron la reserva de su nombre, pero que narraron lo que habían vivido.
“En Colombia, miembros del círculo íntimo de Petro advirtieron que las sanciones estadounidenses podrían causar daños generalizados al país. Estados Unidos es el mayor socio comercial de Colombia, e industrias clave como la del petróleo, el café y las flores dependen del mercado estadounidense”, asegura The New York Times en su reportaje.
El canciller Murillo le explicó al diario que había dos razones para la molestia del primer mandatario y su retiro del permiso de aterrizaje de los aviones. Lo primero, el trato degradante que se había visto horas antes en Brasil, a donde los migrantes habían llegado esposados de pies y manos. El segundo, el uso de aviones militares para ese fin.
Por otro lado, durante la mañana de hoy, 28 de enero, se conoció la reacción del expresidente de Colombia Álvaro Uribe, quien confirmó que sí habló con Laura Sarabia, y que una persona le dijo que la “canciller necesitaba urgentemente” hablar con él.
1. Se supo la noticia del grave problema con los Estados Unidos;
2. El partido Centro Democrático publicó en redes un comunicado, que me correspondió redactar;
3. Me llamó una tercera persona, quien ninguna participación tiene en la política, me dijo que la señora Canciller…— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) January 28, 2025
Según el diario, al final del día quedó claro que los colombianos no llegarían en esas condiciones a su tierra. Al día siguiente, el lunes, Murillo anunció que un avión colombiano iría por los deportados, con lo cual quedó claro que el segundo malestar también había quedado arreglado.
El diario concluye que Petro sigue teniendo su posición, pero que Trump ganó bastante. “América es respetada otra vez”, dijo el primer mandatario desde la Casa Blanca.
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